Tuesday, August 23, 2005

EN ALEMANIA MULTITUDES EN POS DE SU LIDER. BENEDICTO Y LA CONTINUACION DEL ECUMENISMO

La hora de Benedicto XVI

Fernán González
Enviado especial a Colonia

Jóvenes europeos en el Día Mundial de la Juventud
El pontífice dice que Europa está en un "estado de autocompasión".

Desde su elección el pasado 19 de abril, la prensa y los expertos en asuntos del Vaticano han esperado un pronunciamiento de Ratzinger que indique si su papado será una continuación del ministerio de Juan Pablo II o un período de transición.

Las palabras de Benedicto XVI han sido cuidadosamente analizadas. Sin embargo, los resultados son más fruto de la especulación que de la certeza.

Un reciente artículo de la revista Time indica la impaciencia en los medios. "¿Qué tipo de Papa será?", se preguntan sus autores. Es evidente que el pontífice se ha tomado su tiempo.

La Vigésima Jornada Mundial de la Juventud, el evento creado a iniciativa de Juan Pablo II a mediados de los años ochenta, es casi la plataforma ideal para que Benedicto XVI explique con claridad el camino que tomará la Iglesia bajo su gobierno.

El encuentro tiene lugar en la ciudad alemana de Colonia, pleno corazón de un continente donde, en opinión de Ratzinger, el cristianismo libra la mayor batalla de estos tiempos.

Para Benedicto XVI, Europa ha perdido el rumbo y se encuentra al borde del abismo al construir una cultura "que excluye a Dios de la conciencia pública". Según el Papa, es la hora de que los europeos, que están en un "estado de autocompasión", redescubran sus raíces cristianas.

El pontífice tiene la oportunidad ahora de llevar ese mensaje a los centenares de miles de jóvenes de todas partes del mundo que participan en la Jornada Mundial de la Juventud.

Discurso claro

El Papa Benedicto XVI
El Papa enfrenta su mayor reto desde su elección en abril.

Para quienes lo conocen, Ratzinger ha vencido su timidez natural y se muestra más a gusto entre las multitudes aunque hay quienes dicen que como buen teólogo prefiere la tranquilidad y el sosiego al bullicio y las emociones.

Desde el comienzo de su pontificado, Benedicto XVI dejó en claro que no se propone imitar al, en sus palabras, "gran" Juan Pablo II.

Las cualidades que ha demostrado como pastor de la Iglesia Católica hasta ahora son, en opinión de algunos observadores, la claridad de su discurso y su habilidad para abordar asuntos como las relaciones con el Islam en su amplia complejidad.

Constructor de puentes

Mujer en una iglesia
Benedicto XVI se reunirá con representantes de otras religiones.

Durante la visita Ratzinger continuará el diálogo establecido por Juan Pablo II con otras religiones.

Siguiendo los pasos de su antecesor, será el segundo Papa en entrar en una sinagoga.

El gesto tiene particular simbolismo por tener lugar en Alemania a sesenta años del fin de la Segunda Guerra Mundial.

El pontífice (la palabra original en latín significa "constructor de puentes") se reunirá con representantes de la comunidad judía, musulmana y de las religiones protestantes.

El Papa explicó cuales son los objetivos de este primer viaje apostólico que por coincidencia, o designio divino para algunos, es a su país natal.

Misión

Jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia
Miles de jóvenes se reúnen en Colonia.

En entrevista con Radio Vaticano, Benedicto XVI señaló que la Jornada Mundial de la Juventud tendrá éxito si revitaliza a la Iglesia en Alemania y en toda Europa.

La ambiciosa misión que se ha trazado el Papa plantea varios interrogantes: ¿en qué medida se podrá fortalecer una institución que en países tradicionalmente católicos como España ha perdido terreno ante lo que él llama los males del secularismo y el relativismo?

¿Basta con el entusiasmo de centenares de miles de jóvenes que, según las encuestas, son minorías en sus países?

Y en lo que concierne a la mayor parte de los católicos en el mundo, si la batalla principal está en Europa, ¿cuál es la tarea de la Iglesia en América Latina, África y Asia? Muchos esperan que el mismo pontífice tenga las respuestas.




PRIMER VIAJE OFICIAL FUERA DE ITALIA

Benedicto XVI acude en Colonia a una sinagoga, un templo que sólo visitó antes Juan Pablo II

EUROPA PRESS

El Papa saluda a los fieles . (Foto: EFE)
El Papa saluda a los fieles . (Foto: EFE)


A D E M Á S ...
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ROMA.- Benedicto XVI ha iniciado una visita a la sinagoga de Colonia, uno de los actos centrales en el segundo día de su visita a Alemania para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud. Sólo su predecesor, Juan Pablo II, había pisado un templo judío. Tras llegar a su tierra natal, el Papa se reunió con miles de jóvenes en una fiesta en el Rin.

El Pontífice se ha desplazado en automóvil hasta Bonn, distante una media hora. Allí tuvo un encuentro de cortesía con el presidente alemán, Horst Koehler, en la Villa Hammerschmidt, antigua sede presidencial. Benedicto XVI vivió en Bonn entre 1959 y 1963 y fue profesor de Teología en su Universidad.

Después, siguiendo los pasos de su antecesor, el Papa Juan Pablo II, que fue el primer Pontífice que visitó un templo judío, Benedicto XVI ha querido aprovechar la ocasión de su primer viaje internacional para continuar y estrechar el diálogo interreligioso con la comunidad judía y ha iniciado una visita a la sinagoga de Colonia.

Esta sinagoga es un lugar cargado de significado, ya que en 1938 fue quemada y destruida por el Ejército nazi durante la llamada 'Noche de los cristales rotos', cuando en toda Alemania se realizó una campaña de destrucción contra los edificios y tiendas judías, y más de 200 personas fueron asesinadas.

El Papa ha llegado sobre las 12:00 horas al centro judío y ha sido recibido por el rabino jefe de Colonia, Netanel Teitelbaum, y por algunos miembros del consejo. Según ha adelantado uno de los miembros del consejo, Abraham Lehrer, durante la visita se atravesará la 'Gedenkhalle', la sala conmemorativa, donde se detendrán para recordar a los 6 millones de judíos, 11.000 de Colonia, asesinados en el Holocausto.

Después en la sinagoga, un cantor leerá un paso de la Torah, del primer libro del Génesis sobre la 'Creación del mundo', y después el salmo 22, para proseguir con los saludos oficiales y el intercambio de regalos. Mientras que los mensajes que se pronunciarán por el momento no se conocen, se sabe que Benedicto XVI ha elegido como regalo una copia litográfica de una Biblia en miniatura conservada en la Biblioteca Vaticana.

Al evento han sido invitados todos los rabinos de las comunidades judías en Alemania, así como el presidente honorario de la comunidad judía, Ernst Simons, y el rabino jefe de la comunidad judía en Alemania Paul Spiegel. La ceremonia terminará con una oración por la paz.

Por la tarde, el Papa almorzará en el Arzobispado con una representación de jóvenes llegados de todos los países y después tendrá un encuentro con los seminaristas y finalizará la jornada con un encuentro ecuménico.

Acercamiento a la comunidad musulmana

El sábado, tras oficiar una misa en el Arzobispado, recibirá en audiencia al canciller alemán, Gerhard Schröder; al presidente del Parlamento, Wolfgang Thierse; la presidenta del partido democristiano (CDU) y jefa de la oposición, Angela Merkel, y el presidente de Renania del Norte-Westfalia, Jurgen Ruttgers.

Por la tarde tendrá un encuentro con representantes de las comunidades musulmanas y a las 19:30 será la vigilia prevista en la explanada de Marienfeld, donde se espera se reúnan cientos de miles de jóvenes. Benedicto XVI efectuará una vuelta con el 'Papamóvil' para bendecir a los jóvenes presentes antes de comenzar la ceremonia.

Una gran estructura de 2.500 metros cuadrados y de 60 toneladas de peso cubrirá el altar, puesto a 12 metros de altura, en la explanada de Marienfeld, y desde la cual, Benedicto XVI presidirá la vigilia y la misa final del domingo. Durante los dos eventos, la estructura será iluminada con 1.600 fluorescentes, que permanecerán encendidos toda la noche.

El domingo, último día de la Jornada, el Pontífice presidirá el rezo del Angelus a mediodía y regresará a Roma por la tarde.




Discurso del papa a representantes de diferentes confesiones cristianas

COLONIA, viernes, 19 agosto 2005

Publicamos el discurso que Benedicto XVI dirigió a representantes de diferentes confesiones con los que se reunió en el arzobispado de Colonia.


Queridos hermanos y hermanas en Cristo, nuestro común Señor:

Es para mi una alegría encontrarme con vosotros, representantes de las otras Iglesias y Comunidades eclesiales, durante mi visita en Alemania. Os saludo muy cordialmente a todos. Procediendo yo mismo de este País, conozco bien la situación penosa que la ruptura de la unidad en la profesión de la fe ha comportado para muchas personas y familias. Este es un motivo más por el que, tras mi elección como Obispo de Roma, como Sucesor del apóstol Pedro, he manifestado el firme propósito de asumir como una prioridad de mi Pontificado la recuperación de la unidad de los cristianos, plena y visible. Con ello he querido conscientemente seguir las huellas de mis dos grandes Predecesores: de Pablo VI, que hace ya más de cuarenta años firmó el Decreto conciliar sobre el ecumenismo Unitatis redintegratio, y de Juan Pablo II, que después hizo de este documento el criterio inspirador de su actuación. En el diálogo ecuménico, Alemania es un lugar de particular importancia. En efecto, no es sólo el País donde tuvo origen la Reforma; también es uno de los Países en los que surgió el movimiento ecuménico del siglo XX. A causa de los flujos migratorios del siglo pasado, también cristianos de las Iglesias ortodoxas y de las antiguas Iglesias del Oriente han encontrado en este País una nueva patria. Esto ha favorecido indudablemente la confrontación y el intercambio. Nos alegramos todos al constatar que el diálogo, con el pasar del tiempo, ha suscitado un redescubrimiento de la hermandad y ha creado entre los cristianos de las diversas Iglesias y Comunidades eclesiales un clima más abierto y confiado. Mi venerado Predecesor, en su Encíclica Ut unum sint (1995), ha indicado precisamente en esto un fruto particularmente significativo del diálogo (cf. nn. 41s.; 64).

La hermandad entre los cristianos no es simplemente un vago sentimiento y tampoco nace de una forma de indiferencia respecto a la verdad. Se basa en la realidad sobrenatural de un único Bautismo, que nos inserta en el único Cuerpo de Cristo (cf. 1 Co 12,13; Ga 3,28; Col 2,12). Juntos confesamos a Jesucristo como Dios y Señor; juntos lo reconocemos como único mediador entre Dios y los hombres (cf. 1 Tm 2,5), subrayando nuestra común pertenencia a Él (cf. Unitatis redintegratio, 22; Ut unum sint, 42). Sobre este fundamento, el diálogo ha dado sus frutos. Quisiera mencionar la revisión, auspiciada por Juan Pablo II durante su primera visita a Alemania en 1980, de las condenas recíprocas y, sobre todo, la «Declaración común sobre la doctrina de la justificación» (1999), que fue un resultado de dicha revisión y llevó a un acuerdo sobre cuestiones fundamentales que habían sido objeto de controversias desde el siglo XVI. Además, hay que reconocer con gratitud los resultados obtenidos en las diversas tomas de posición comunes sobre asuntos importantes, como las cuestiones fundamentales sobre la defensa de la vida y la promoción de la justicia y la paz. Soy muy consciente de que muchos cristianos en este País, y no sólo en él, se esperan más pasos concretos de acercamiento. También yo los espero. En efecto, el mandamiento del Señor, pero también la hora presente impone continuar de modo convencido el diálogo a todos los niveles de la vida de la Iglesia. Obviamente, éste debe desarrollarse con sinceridad y realismo, con paciencia y perseverancia, con plena fidelidad al dictamen de la conciencia. No se puede mantener un diálogo a costas del verdad; el diálogo tiene que desarrollarse en la caridad y en la verdad.

No pretendo desarrollar aquí un programa de temas inmediatos de diálogo; esto es tarea de los teólogos en colaboración con los Obispos. Permitidme solamente una observación: las cuestiones eclesiológicas, y especialmente la del ministerio consagrado, o sea, del sacerdocio, están ligadas inseparablemente a la cuestión sobre la relación entre Escritura e Iglesia, es decir, a instancia de la justa interpretación de la Palabra de Dios y su desarrollo en la vida de la Iglesia.

Una prioridad urgente en el diálogo ecuménico la constituye también las grandes cuestiones éticas que plantea nuestro tiempo; en este campo, los hombres de hoy en búsqueda, esperan con razón una respuesta común de los cristianos, que, gracias a Dios, en muchos casos casi se ha encontrado. Pero, desdichadamente, no siempre. A causa de las contradicciones en este campo, el testimonio evangélico y la orientación ética debida a los fieles y a la sociedad pierden fuerza, asumiendo muchas veces características vagas, y descuidando así nuestro deber de dar a nuestro tiempo el testimonio necesario. Nuestras divisiones contrastan con la voluntad de Jesús y nos desautorizan ante los hombres.

¿Qué significa restablecer la unidad de todos los cristianos? La Iglesia católica pretende lograr la plena unidad visible de los discípulos de Cristo, tal como la ha definido el Concilio Ecuménico Vaticano II en varios de sus documentos (cf. Lumen gentium, nn. 8;13; Unitatis redintegratio, nn. 2;4; etc.). Según nuestra convicción, dicha unidad existe en la Iglesia católica sin posibilidad de que se pierda (cf. Unitatis redintegratio, n. 4). No significa, sin embargo, uniformidad en todas las expresiones de la teología y la espiritualidad, en las formas litúrgicas y en la disciplina. Unidad en la multiplicidad y multiplicidad en la unidad. En la homilía en la solemnidad de San Pedro y San Pablo, el pasado 29 de junio, he subrayado que la plena unidad y la verdadera catolicidad van juntas. Una condición necesaria para que esta coexistencia tenga lugar es que el compromiso por la unidad se purifique y se renueve continuamente, crezca y madure. El diálogo puede contribuir a lograr este objetivo. El diálogo es más que un intercambio de ideas: es un intercambio de dones (cf. Ut unum sint, n. 28), en el que las Iglesias y las Comunidades eclesiales pueden poner a disposición su propio tesoro (cf. Lumen gentium, nn. 8;15; Unitatis redintegratio, nn. 3;14s; Ut unum sint, nn. 10.14). Precisamente por este compromiso, el camino puede continuar paso a paso hasta llegar a la plena unidad, cuando, finalmente, «lleguemos todos a la unidad de la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, el hombre perfecto, a medida de Cristo en su plenitud» (Ef 4,13). Es obvio que un diálogo como éste sólo puede llevarse a cabo hasta el fondo en un contexto de espiritualidad sincera y coherente. No podemos «hacer» la unidad sólo con nuestras fuerzas. Podemos obtenerla solamente como don del Espíritu Santo. Por tanto, el ecumenismo espiritual, es decir, la oración, la conversión y la santidad de vida, son el corazón del movimiento ecuménico (cf. Unitatis redintegratio, n. 8; Ut unum sint, nn. 15s; 21 etc.). También se podría decir que la mejor forma de ecumenismo consiste en vivir según el Evangelio.

Veo con especial optimismo el hecho de que hoy se está desarrollando una especie de «red», de conexión espiritual entre católicos y cristianos de las diversas Iglesias y Comunidades eclesiales: cada uno se compromete en la oración, en la revisión de la propia vida, en la purificación de la memoria, en la apertura a la caridad. El padre del ecumenismo espiritual, Paul Couturier, ha hablado a este respecto de un «claustro invisible», que acoge en su recinto a estas almas apasionadas de Cristo y su Iglesia. Estoy convencido de que, si un número creciente de personas se une a la oración del Señor «para que todos sean uno» (Jn 17,21), dicha plegaria en el nombre de Jesús no caerá en vacío (cf. Jn 14,13; 15,7.16 etc.). Con la ayuda que viene de lo alto, encontraremos soluciones practicables en las diversas cuestiones aún abiertas y, al final, el deseo de unidad será colmado cuando y como Él quiera. Os invito a todos a recorrer conmigo este camino




El Papa hace un llamado a los jóvenes
Fernán González
Fernán González
Enviado especial a Colonia

El papa Benedicto XVI hizo un llamado a los cientos de miles de jóvenes católicos de todo el mundo que asistieron a la misa final de su visita a Alemania y a la Jornada Mundial de la Juventud para que demuestren con el ejemplo su compromiso por la creación de un mundo mejor.

Joven con un peinado punk y un letrero en la cabeza.
Cientos de miles de jóvenes católicos de todo el mundo asistieron a la misa final.

Ante una multitud calculada en más de 800.000 mil personas que se dieron cita en Marienfeld, a más de 25 kilómetros al oeste de la ciudad de Colonia, el Pontífice también advirtió contra lo que él considera como una falsa concepción de la libertad.

Según el Papa, "la libertad no quiere decir gozar de la vida, considerarse absolutamente autónomo, sino orientarse según la medida de la verdad y del bien".

En la homilía que leyó en varios idiomas entre ellos el español, Benedicto XVI, sin mencionar a Europa, dijo que "en numerosas partes del mundo existe hoy un extraño olvido de Dios. Parece que todo marche igualmente sin Él. Pero al mismo tiempo existe también un sentimiento de frustración, de insatisfacción de todo y de todos".

Su discurso es considerado como uno de los más importantes desde que fuera electo en abril pasado.

Secularismo

Por primera vez, el pontífice se dirige específicamente a jóvenes católicos a quienes considera el futuro de una Iglesia que debe hacer frente en su opinión a los peligros del secularismo, sobre todo en Europa.

En numerosas partes del mundo existe hoy un extraño olvido de Dios. Parece que todo marche igualmente sin Él

Papa Benedicto XVI

Para Benedicto XVI, el encuentro en Alemania puede marcar un comienzo de la revitalización de la Iglesia en su país natal y en todo el continente europeo.

La misa se celebró en medio del entusiasmo de cientos de miles de jóvenes que durmieron a la intemperie en el campo de Marienfeld, donde el sábado por la noche acompañaron al Papa en una vigilia con velas, plegarias, cantos, danzas y hasta espectáculos de acrobacia.

A pesar del fervor religioso evidente en lo que algunos llaman el "Woodstock católico", algunos observadores expresan sus reservas sobre como se traducirá este entusiasmo en la campaña que el Papa desea emprender para que el continente europeo recupere sus raíces cristianas.

Disenso

Durante estos días no todo fueron manifestaciones de afecto por el pontífice; también se registraron expresiones de disenso.

El Papa saluda junto a una cruz.
Algunos jóvenes criticaron a la Iglesia católica por temas como la homosexualidad y el aborto.

Un grupo de jóvenes que se hace llamar Wir sind Kirche (Somos Iglesia) repartió condones.

Algunos de ellos reclamaron que la jerarquía católica reconozca como válida la homosexualidad.

Varias mujeres se manifestaron frente a la catedral de Colonia para exigir que la Iglesia corrija lo que consideran como una injusticia al negarles una mayor participación en los asuntos de la institución.

Y no faltaron quienes expresaron de forma individual sus opiniones, como el joven protestante que con una pancarta hacía énfasis en la primacía de la Biblia como palabra de Dios sobre la Iglesia o el muchacho que, en medio de la multitud que saludaba al Papa desde las orillas del Rin el pasado jueves, agitaba una bandera con la efigie del Che y la palabra Revolución.

Diálogo

La visita del Papa parece haber cumplido sus objetivos más inmediatos.

Al recibir la adhesión de las multitudes de fieles consolida su liderazgo de la Iglesia, tal como lo hizo en su momento Juan Pablo II.

Cardenales y obispos fotografían al Papa.
No sólo los jóvenes aprovecharon la oportunidad para hacer fotos del Papa.

El Papa continuó el diálogo establecido por su antecesor con el judaísmo, el Islam y las religiones protestantes.

En ese sentido se destaca su condena al antisemitismo durante la visita a una sinagoga, un gesto altamente significativo por tener lugar en el país desde donde se organizó y dirigió el exterminio de judíos.

Al final de la misa de este domingo se anunció que la próxima Jornada Mundial de la Juventud se realizará en Sydney, Australia, en 2008.

Queda por ver si una de las mayores expectativas de Benedicto XVI, la renovación y fortalecimiento de su Iglesia, es una realidad para entonces.



El viaje de Benedicto XVI a Alemania
Más de un millón de fieles ovacionó al Papa

Advirtió sobre la religión como “producto de consumo fácil”

COLONIA, Alemania.– El debut de Benedicto XVI como papa de multitudes se convirtió en una fiesta de fe que aplastó los pronósticos más agoreros. Pese al frío y la lluvia, más de un millón de jóvenes de todo el mundo acampó al aire libre, coreó su nombre y lo ovacionó, sobre todo cuando defendió la raíz más ortodoxa del catolicismo y objetó a quienes quieren hacer de la religión “un producto de consumo fácil”.

Fue durante la misa de cierre de la Jornada Mundial de la Juventud, que lo trajo al país donde nació hace 78 años, en el primer viaje al exterior desde que fue elegido papa, el 19 de abril pasado. Esa fue, también,ocasión para que, en su condición de alemán, reconociera "vergüenza y dolor por el mal causado por nuestra patria", en referencia al período nazi, cuya fuerza juvenil integró cuando la movilización era compulsiva en el país. Y, sin usar la palabra perdón, reivindicó la "otra Alemania, que también existe".

Ante los jóvenes, trazó una compleja radiografía en la que condenó "el olvido de Dios" en el mundo tanto como un simultáneo "boom de lo religioso que, exagerando demasiado, termina por convertir a la religión en un producto de consumo cómodo, del que se toma sólo lo que agrada. Y que, al final, resulta frustrante".

Llamó la atención que fueran ésos sus párrafos más aplaudidos. Tanto como cuando cuestionó "la religión a la medida de cada uno", exhortó por "fundamental" la lectura del Catecismo y pidió más "compromiso" religioso en la vida cotidiana. "Parece que los chicos aceptan que se les hable claro y fuerte", fue un comentario escuchado.

También se sepultó toda duda sobre la continuidad de estos grandes festivales religiosos ideados por el fallecido Juan Pablo II. Y una ovación estruendosa lo hizo reír cuando convocó su próxima edición -la número 21- para 2008, en Sydney. Lo hizo tras agradecer a los jóvenes por los "momentos memorables de fe" vividos juntos.

Sin traicionar su tono recoleto, durante estos cuatro días el tímido intelectual no sólo encontró su propio camino para entrar en el corazón de las nuevas generaciones, sino que dio claras señales de que no quiere que el suyo sea un papado de transición, oscurecido por la sombra de su carismático predecesor.

Al contrario, demostró que pretende intervenir desde la religión en los problemas del mundo, incluidos los políticos; produjo una durísima condena al terrorismo -en particular, al de signo religioso-, y llamó al diálogo con una contundente invitación a musulmanes y judíos (ver nota aparte).

Benedicto XVI volvió poco menos que un hábito el constante agradecimiento al fallecido Karol Wojtyla, a quien citó en forma recurrente con cálidas apelaciones, como "venerado predecesor, el gran papa, el papa genial" o "nuestro querido amigo".

La ceremonia, incluido el Angelus posterior, fue en alemán. Pero en su transcurso habló en nueve idiomas, incluido el español y el swahili, la lengua más extendida en el Africa negra. Hubo citas en latín, griego y hebreo; se escuchó música andina así como ritmos africanos y asiáticos, pero el pie pontificio se abstuvo de seguir la pegadiza cadencia.

Una veintena de peregrinos argentinos acompañó al Pontífice en el altar, a cuyo costado flameaba, bien visible, una enorme bandera celeste y blanca. Otras se distribuyeron entre la multitud, así como una gran pancarta con la leyenda "Sí, otro mundo es posible", firmada por fieles llegados desde Zárate y Campana.

Todo ocurrió en un día frío y desapacible. La bruma llegó a ser tan compacta que ocultó las dos torres de la fantástica catedral de esta ciudad, considerada capital del Rin. La ceremonia transcurrió en un campo a 30 kilómetros de allí, convertido por momentos en un enorme lodazal, por el que Benedicto XVI avanzó en un papamóvil.

La mayoría del millón de peregrinos había pasado la noche allí, luchando contra el frío y la falta de comida y bebida caliente, así como de medios para resistir la humedad. Pocos claudicaron, si bien los servicios médicos atendieron numerosos casos de gripe.

En el papamóvil

Más de 200.000 fieles se sumaron en horas de la mañana." ¡Ya viene, ya viene!", fue el grito que puso calor cuando, poco antes de las 10, se avistó el papamóvil. Benedicto XVI subió con él la colina artificial sobre la que se montó el altar, saludó brevemente y comenzó la ceremonia.

De timidez extrema, casi sin recursos gestuales, la máxima concesión de complicidad que tuvo con su bullanguera audiencia fueron sonrisas y, llegado ya el colmo, un ademán con el que quiso decir "ya está bien, suficiente", cuando los aplausos intentaban prolongarse. Nada más.

"No es que sea un tipo divertido; nada que ver. Al contrario. Pero lo que dice es interesante", sintetizó un peregrino argentino.

"Hay en el mundo un extraño olvido de Dios. Y pareciera que el mundo marcha igual, pero lo que hay es un enorme sentimiento de frustración", dijo el Papa. Señaló luego que "junto con ese olvido de Dios existe un boom de lo religioso", donde el riesgo es convertir a la religión "en un bien de consumo fácil, a la medida de cada uno, donde se toma sólo lo que agrada y algunos hasta le sacan provecho. Pero al final eso no sirve".

"Por eso, es importante el amor a las Sagradas Escrituras y conocer la fe de la Iglesia", observó y, acto seguido, en un gesto nada demagógico, recomendó como "fundamental" la lectura del Catecismo de la Iglesia Católica y de su Compendio. Y "porque los libros no bastan", pidió más compromiso religioso en la vida cotidiana, con acciones de voluntariado que nuestra sociedad necesita de forma urgente. "No debemos olvidar a los ancianos, no debemos pasar de largo ante los que sufren", afirmó el Papa.

"De ese modo -dijo- ya no viviremos preocupados sólo por nosotros mismos sino que, viendo que somos necesarios, comprenderemos lo bello que es ser útil y estar a disposición de los demás, sin estar pensando en cuáles son las comodidades que se nos ofrecen. Podemos hacer un mundo mejor", dijo.

No se detuvo en mayores efusiones y partió a las 13. Por la tarde se reunió con obispos alemanes y, al caer la noche, tomó el avión de regreso a Roma. La prueba había pasado y los peregrinos emprendieron el regreso a casa, con el pedido pontificio de compartir el mensaje escuchado.



Por Silvia Pisani
Enviada especial


El encuentro en cifras

Más de un millón

Fueron los jóvenes que participaron de la XX Jornada Mundial de la Juventud, en Colonia.

193

Son los países de origen de los peregrinos, el 80% de ellos europeos.

100 millones

Es la suma en euros que costó la organización del encuentro, primera cita internacional del Papa.

7000

Fueron los periodistas de 4000 medios acreditados para cubrir el evento.

27.000

Es el número de voluntarios de 120 países que colaboraron durante el desarrollo del encuentro.

3000

Fueron los sacerdotes que repartieron la comunión en la misa final.

Cuatro millones

Fue el número aproximado de jóvenes en la más concurrida Jornada de la Juventud, en Manila, 1995.

800.000

Fueron los participantes en Toronto, en 2003, última cita con Juan Pablo II.


Friday, August 05, 2005

ACERCAMIENTO HISTORICO DE MARTE Y LA TIERRA

Desde tiempos remotos, el planeta Marte ha ejercido una especial fascinación sobre el hombre. El nombre que lleva es una muestra de ello: Marte era el Dios de la guerra de los antiguos romanos, adorado y reverenciado. Lo cierto es que Marte, entre otras cosas por su naturaleza rocosa, es el planeta más semejante a la Tierra. El deseo de saber más acerca de él ha sido la base de muchas investigaciones científicas: en este momento, es estudiado por cuatro sondas enviadas desde nuestro planeta. Aunque durante siglos se contaron las más fantásticas historias sobre Marte, y se creyó su desértica superficie poblada con las más increíbles criaturas, todos los intentos por encontrar indicios de alguna forma de vida han dado resultado negativo.
Pero esta atracción cobrará una nueva dimensión el próximo 27 de agosto, cuando Marte se encuentre a 56 millones de Km. de distancia del planeta Tierra, pocos en términos astronómicos.
Nosotros podremos presenciarlo desde cualquier punto del planeta, aunque será más notable para los habitantes del hemisferio sur. Este fenómeno se produce a consecuencia de que tanto la Tierra como Marte giran alrededor del sol, pero la Tierra lo hace de forma circular y más rápida, mientras que Marte tiene una órbita más elíptica, y tarda el doble del tiempo en dar una vuelta completa (una revolución) alrededor del astro rey. Es por eso que cada 2 años aproximadamente, estos planetas se acercan, pero nunca tanto como en esta oportunidad, que volverá a repetirse recién en 2287. Por lo tanto nos encontramos ante una ocasión realmente histórica, que los científicos y aficionados a la astronomía celebran en todo el mundo.






Marte ha podido verse ya desde hace varias semanas como un objeto brillante en el cielo, pero el 27 de agosto alcanzará su máximo de proximidad y brillantez. Sin embargo, debes tener en cuenta que las posibilidades de observación natural son limitadas: desde la tierra podrá vérselo apenas como un punto brillante de color naranja rojizo en el firmamento. Si deseas observar más debes utilizar un telescopio, por lo que es recomendable, en caso de que no dispongas de uno, que te acerques a un observatorio astronómico. Los científicos afirman que con un telescopio adecuado, apoyado en una base firme, podrán verse el casquete polar sur, los detalles de la superficie, las tormentas de polvo, las nubes y tal vez hasta el cráter Hella del planeta marciano. Opciones como los filtros de colores ayudarían a realzar los detalles vistos desde el telescopio. El planeta Marte permanecerá visible en el cielo hasta septiembre.

- Marte se encontrará a 56 millones de kilómetros de la Tierra, o a 0,3727 AU (unidad astronómica que mide la distancia de la Tierra al Sol, que es de 150 millones de Km.).

- El horario de mayor acercamiento serán las 09:51 hora media de Greenwich. En el hemisferio sur será notablemente visible a mitad de la noche.

- Será el objeto más brillante en el firmamento después de la luna, con una magnitud de 2,9 (la estrella más brillante tiene una magnitud de 1). Alcanzará un tamaño de 25,1 segundos de arco.

- El próximo acercamiento se producirá en el año 2287, cuando ambos planetas se encuentren a 55.650 millones de Km. de distancia, 108.000 menos que en la actualidad.




Fotos: NASA Posted by Picasa